Derechos humanos a la carta

La Unión Europea se está auto–inculpando al aplicar los derechos humanos arbitrariamente y escondiendo la cabeza bajo el ala.

El año pasado se abrió un proceso contra Polonia y Hungría para aplicar el llamado artículo 7, que podría suponer para estos países perder el voto dentro de la Unión Europea. En Hungría hay corrupción, la independencia de los medios de comunicación está en entredicho y el poder judicial está bajo presión. En el gobierno de Polonia se han aplicado unos “retoques” a partir de los cuales se ha permitido que la política haya conseguido influenciar al poder judicial y a los medios públicos de comunicación.

A no más de 2.000 kilómetros de Hungría y de Polonia, en dirección oeste, se encuentra España. Allí se están vulnerando gravemente los derechos humanos ante una Europa que prefiere mirar hacia otro lado.

Políticos catalanes escogidos democráticamente están desde el 2017 en prisión preventiva. Se les acusa de delitos de violencia. El juicio contra ellos empezó el mes pasado. Hasta el momento no se ha presentado ninguna prueba que pueda justificar los cargos que se les imputan: rebelión, sedición y malversación de dinero público.

La manera en que se está llevando el juicio es motivo de gran preocupación a nivel internacional: se están rechazando solicitudes de observadores internacionales, se ha disuadido a los acusados de poder declarar en su propio idioma, se ha rechazado a la mayoría de los testigos de las defensas y las imágenes que demuestran el carácter pacífico de las actuaciones de los acusados y la violencia con la que actuó el estado español, no se han aceptado como prueba. El partido de extrema–derecha VOX actúa como acusación particular en este proceso; de esta manera un partido político está consiguiendo influenciar directamente este atípico juicio. Sorprendente.

Además me preocupa la parcialidad del poder judicial. El Sr. Marchena es el presidente del tribunal. Cuando en noviembre del 2018 se decidió que él era quien iba a seguir siendo presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, el Senador Cosidó, del Partido Popular, mandó el siguiente whatsapp: Tenemos el control de la Sala Segunda.

Y cuál es la reacción de la Unión Europea delante de todo esto? Un silencio ensordecedor. Al igual que el ex–relator de los derechos humanos de la ONU, Alfred de Zayas, yo también me pregunto: Por qué se aplican medidas tan drásticas contra Hungria y Polonia, pero nadie dice ni una sola palabra de lo que está pasando en España?

Laura Prat Bertrams
Peticionario: catalaansegevangenen.petities.nl

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